miércoles, 13 de marzo de 2013


Tips de alimentación sana


Tip N 9:  Alimentación en el primer año de vida



El primer año de vida se caracteriza por un rápido crecimiento.
La leche materna cubre todas las demandas nutricionales durante el primer semestre para mantener una buena salud y un buen desarrollo,  y  varía en su composición a lo largo del tiempo de lactancia.
Desde  los 6 a los 12 meses comienza la incorporación de la alimentación complementaria.
La alimentación complementaria es posible en este período porque el intestino ha madurado  y el riñón ya está  capacitado para soportar cargas osmolares superiores con menos agua.
Los alimentos deben  introducirse uno a uno, no sólo por razones nutricionales sino también para evitar casos de intolerancia a los mismos.
La leche materna posee ventajas para el niño, tales como:

 -Satisfacer las necesidades energéticas hasta el sexto mes de vida. Contiene aminoácidos esenciales,  bajo contenido en sales minerales y excelente biodisponibilidad de calcio, fosforo,  hierro y magnesio.

-Proporciona defensa frente a infecciones gastrointestinales, gracias a su contenido en inmunoglobulina A secretora,  lactoferrina y lisozima y lípidos con capacidad antimicrobiana.

-Añade factores de crecimiento y hormonas gastrointestinales que son responsables de la maduración del tracto gastrointestinal.

- Facilita una óptima relación afectiva entre madre e hijo.

-Supone una menor incidencia de dermatitis atópica y sensibilización a proteínas de la leche de vaca en niños susceptibles.


Y ventajas para la madre como:
       1. Facilitar la contracción e involución del útero.
       2. Resultar más económica, higiénica y fisiológica.
       3. Podía haber una menor incidencia de cáncer de mama.

Los niños alimentados con leche materna enfermarían menos durante los primeros meses de vida.
La Organización Mundial de la Salud recomienda un destete progresivo a partir de los 6 meses, con la introducción de nuevos alimentos, pero manteniendo la lactancia por lo menos hasta el año de vida.
La introducción precoz de sólidos se relaciona con obesidad infantil y enfermedades cardiovasculares en el adulto. 
La razón más importante para la introducción de la alimentación complementaria es nutricional, dado que tanto la lactancia materna como la artificial van careciendo de las necesidades energéticas y de nutrientes  del lactante a partir de un determinado momento. Otro motivo para la introducción de esta alimentación es que hacia el sexto mes de vida, el niño desarrolla los  mecanismos neuromusculares necesarios para reconocer la cuchara, masticar y digerir alimentos, no líquidos y apreciar variaciones de sabor en los mismos.
Se recomienda entonces incorporar la alimentación complementaria a partir de los 6 meses, como papillas, purés y alimentos semisólidos.
El primer alimento que puede complementar la lactancia son los  cereales. Su principal componente, el almidón, es tolerado y perfectamente digerido por el lactante. Los primeros cereales deben ser pre digeridos, sin azúcar y sin gluten como arroz, maíz, y sólo después de los 7 meses trigo, avena, cebada y centeno.
La miel no debe agregarse a los alimentos ya  que proporciona  azúcares simples  que no necesarios durante el primer año de vida.
Tampoco han de contener los cereales aditivos, espesantes y saborizantes, ya que se han descrito reacciones alérgicas, trastornos respiratorios y digestivos.
Las  frutas constituyen un alimento importante por su contenido en azúcares, fibras vegetales, vitaminas y otros antioxidantes. Es aconsejable emplear fruta fresca.
Las verduras se ofrecerán a partir de los 6 meses en forma de puré. Con ellas se aportan minerales, vitaminas, antioxidantes y fibra. Se introducirán gradualmente, empezando con el caldo para ir incorporando las verduras totalmente trituradas. Hay que evitar en los primeros meses las espinacas, zanahoria, col y remolacha,  pueden  causar metahemoglobinemia por su contenido en nitratos.
La carne aporta fundamentalmente proteínas, es fuente de hierro y vitamina B. Se recomienda un aporte aproximado de 15-20 g a los 7  meses, aumentando progresivamente a 40- 50 g hasta el año de edad. Suele ofrecerse en primer lugar pollo por ser más digerible y menos alergénico. Posteriormente se introduce la de vaca y el cordero.
Al principio la carne se prepara cocida y triturada, mezclada con la verdura, y cuando el niño es capaz de masticar se le puede dar en pequeños trozos.
Las vísceras como el hígado son muy ricas en proteínas de alto valor biológico, hierro y vitaminas, pero siempre debe estar adecuadamente cocido y debe ser administrado en pequeña cantidad y en forma esporádica.
El huevo tiene gran capacidad alergénica, por lo que se debe introducir al 10º mes, comenzando por la yema, que puede añadirse a la papilla o al puré de la cena, mientras que la clara se retrasa hasta el año. Deben administrarse cocidos para ser adecuadamente digeridos, disminuir su poder alérgico. No deberán ser más de dos o tres por semana.
El huevo completo se introduce al año de vida.
Las  legumbres pueden ofrecerse en el último trimestre, alrededor del año de edad. Son una fuente de aminoácidos, fibra, vitaminas y oligoelementos. Se introducen en pequeñas cantidades y de forma progresiva para evitar gases.
El pescado no se introducirá antes de los 9 a 10 meses, ya no suelen ser bien tolerados. Puede producir reacciones alérgicas y contener sustancias tóxicas (mercurio entre otros).
Comenzar con pescado blanco (tiene menor cantidad de grasa).
La  leche de vaca entera sin modificar no debe formar parte de la alimentación complementaria antes de los 12 meses. Puede provocar anemia y sensibilizaciones en familias de riesgo.
El yogur constituye un excelente aporte lácteo, contiene poca lactosa. Por estar acidificado favorece la absorción y asimilación del calcio, regenera la flora intestinal y produce un tránsito digestivo rápido, por lo que es de gran utilidad en los lactantes vomitadores. Puede empezar a utilizarse a partir del 8º mes.  Evitar los  azucarados y en los naturales no agregar azúcar.
Es importante controlar el aporte de sodio (SAL), no debe agregarse sal  ni azúcar.


Dr. Martín Lissarrague. Coordinador del área de la Subcomisión de Seguridad Alimentaria del Cosapro.
Ex Secretario de Salud del Partido de San Fernando.

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